Sep 17, 2006

 
Osvaldo Soriano
NO HABRÁ MÁS PENAS NI OLVIDO
Ediciones B

Por Darío Basavilbaso

Mi primer contacto con la obra de Osvaldo Soriano fue a través de un cuento: El penal más largo del mundo. Tiempo después cuando una biblioteca me ofrecía nuevos títulos de su obra, los acepté con entusiasmo. Quizá, pensé, por algunas de estas páginas de: Triste, solitario y final; Cuarteles de invierno; No habrá más penas ni olvido, el tema del fútbol continuaría, de a poco me fui dando cuenta que el balón, la cancha no aparecían más. En un principio me pareció una injusticia; había esperado un nuevo encuentro con Soriano para reanudar un diálogo futbolero pospuesto y en este nuevo encuentro él proponía otro diálogo que a mi me costó aceptar.
No habrá más penas ni olvido la leí en una tarde, hubo diálogos que me hicieron reír pero no pasó nada. Años después por accidente la releí, no cabe duda de que leer es releer; el dinamismo con que es llevada la historia era un reto para mi que por momentos me rebasaba; los diálogos que componen gran parte de la novela, muy directos y “muy argentinos” me divertían más que antes. En el desarrollo de la historia, las dramáticas confusiones que desencadena una pequeña guerra civil entre dos grupos peronistas en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, con los inevitables matices de amarga ternura, me abrían un nuevo panorama respecto de Soriano que recién tenía el gusto de empezar a conocer.
En la historia misma, un ataque aéreo por parte de uno de los grupos beligerantes que bombardea al enemigo con DDT de campo y mierda de establo me parecían una muestra genial de humor negro, un poco más cargado en las grotescas muertes de miembros de ambos grupos – al que le estalla una bomba en el baño mientras alivia los intestinos, o al piloto de los bombardeos que al aterrizar lo reciben a tiros y le destrozan el rostro, pero vive lo suficiente para esperar a sus compañeros y encargarles (con una faz monstruosa le den la noticia de su hazaña al general Perón.
Dice Italo Calvino respecto a No habrá más penas ni olvido: "...porque en toda su miseria moral y mental, en el vacío de sus ambiciones y su fanatismo, ellos no son más que pobres diablos, víctimas a su vez."
La novela de Soriano jamás se separa de su tema- aunque lo maneje con ironía-, el peronismo y su influencia social, un tema que hasta la fecha no se ha agotado.
Si se lee No habrá más penas ni olvido sin las nociones históricas, no se corre ningún riesgo, la novela es completa per se y si se lee con el agregado histórico, se reconoce como un clásico de la literatura argentina.

PARA MUESTRA DOS BOTONES

(1)

-Preparate para atacar
-Estoy herido, mi comisario
-¿Herido?
-Me prendí fuego
-¿Cómo carajo te prendiste fuego?
-Estaba en la camioneta cuando se empezó a incendiar
-Te quisiste rajar, seguro

-No mi comisario, vigilaba la retaguardia
-Bueno, vas a atacar igual
-Me tengo que curar mi comisario. Con un poco de pancután estoy hecho.
-Te quedás así, calavera no chilla
-Me duele
-Te aguantás
-¡Pero me quemé hasta las verijas!-hizo una pausa –y tengo otros heridos más.
-¿Otros?
-Antonio. Lo cagaron de una pedrada cuando pasaba en la bicicleta frente a la plaza. Se cayó y se peló una rodilla.


(2)

Tenía la cara abierta y roja de sangre. Los ojos habían desaparecido
-Cerviño...¿qué pasó viejo?
El piloto se movió apoyando las manos en le tablero
-Me esperaban...
(...)
-Puta, che –dijo en voz baja Juan
-No te asustés- dijo Cerviño –Más feo que antes no debo estar
Su voz era un sonido hueco, desarticulado Juan le dio otro trago
-Los cagué ¿no? Preguntó en un hilo de voz
-Si hermano los hicimos mierda
-¿Ganó Ignacio?
-Claro ¿te podés mover?
-No sé...estoy bien así. Tengo un poco de frío nomás...
-Te vamos a llevar al pueblo para que te curen
-No, si estoy todo roto... que cagada morirse ahora
-Pará hermano, tengo la bicicleta, te voy a llevar a la sala de guardia
-dame otro trago
Juan miró la botella
-No hay más viejo, aguantá hasta el pueblo y te compro un litro
Intentó sacarlo del avión. Cerviño se quejó y cayó de costado.
-Dejame... los hicimos mierda
-Si hermano, si
-Decile a don Ignacio que me jugué por él... que soy peronista y... que no afloje ... cuando el general lo sepa va a estar orgulloso...
el cuerpo se contrajo y se quedó inmóvil.

Comments:
Amarga ternura, sí. Algo así como una borrachera a base de lágrimas dulces. Leí por ahí que el humor negro es aquello que te hace reir mientras te quiebra el corazón, así sentí ahora.Por lo demás el "argentino" me ha parecido siempre un lenguaje seductor, sensual, de belleza y dulzura inherente. Hace poco vi una película sobre la guerra de las Malvinas y los personajes (personas quiero decir) eran un poco así como Soriano los hace hablar y sentir:fraternos, solidarios, pueblo, morochos pues.
 
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